Tener un programa corporativo de Wellness, parece  hoy casi imprescindible. En Estados Unidos, casi la mitad de las empresas de más de 50 empleados tienen uno, pero la mayoría no consigue mejorar la salud de los empleados ni ahorrar dinero a la compañía y no tienen un ROI claro. Los Programas Wellness de éxito, tienen el potencial de mejorar la salud de los empleados y a la vez el botom line de la compañía, por eso merece la pena esforzarse en ponerlos en marcha y para que funcionen.

Un programa Wellness funciona si tiene una alta participación por parte de los empleados y las propuestas están enfocadas a mejorar la salud de los mismos.

Habitualmente, el dinero invertido en estos programas se gasta en propuestas consideradas imprescindibles, pero que generan poca participación y por tanto con una influencia dudosa en la salud de los empleados. Las compañías con programas exitosos, se han dado cuenta de que ofrecer gimnasio gratis y dar folletos o charlas genéricas sobre nutrición, ejercicio y vida saludable, no es suficiente. Estas acciones, en general, no consiguen una reacción relevante por parte de los empleados.

Si quieres diseñar un programa que haga que tus empleados participen de forma natural casi sin esfuerzo y que consiga resultados reales y duraderos, aquí tienes 5 estrategias que recomiendan los expertos:

 

1. Averigua que motiva a tus empleados.

La participación continuada es clave para obtener resultados y para el retorno de la inversión, y no se consigue si las propuestas no interesan a los empleados. Pregúntales, haz que participen desde la concepción del programa y estarás dando el primer paso hacia el éxito de participación.

 

2. Involucra a tu equipo, valora y corrige.

Un programa Wellness debería ser siempre un win-win de los empleados y la compañía. Cuenta a tus empleados las preocupaciones que te ha llevado a ponerlo en marcha y que resultados esperas tanto desde el punto de vista de salud de ellos como de productividad para la compañía. Generarás un mayor entendimiento del mismo, una mejor valoración y más involucración en la generación de iniciativas, lo que llevará a una participación más alta y mejores resultados.

Encuesta anualmente a tus empleados sobre el programa. Especialmente sobre aquellas iniciativas que no han tenido el éxito esperado y pide la colaboración de todos para mejorar o sustituir las acciones que no han tenido los resultados esperados.

 

3. Invierte tu presupuesto sabiamente.

Invierte tu presupuesto en un pocas propuestas pero potentes y no en cientos de iniciativas de bajo valor añadido. 

Invierte en propuestas que consigan resultados reales, además de participación.  Por ejemplo, está demostrado que una alimentación saludable es de lejos lo que más impacta en la salud general de las personas.

Cuando los empleados comen de forma saludable a diario, crece la productividad y baja el absentismo. Los empleados con una buena alimentación, suelen tener un peso saludable, hacen más deporte y llevan una vida más activa. Como consecuencia, se ponen menos enfermos.  A tener en cuenta que en las grandes ciudades, por ejemplo en Barcelona, el 80% de la gente come en el trabajo.

 

4. Think out of the box.

Si pretendes que tus empleados hagan más deporte, quizá pagar las cuotas de un gimnasio no es ni la única ni la mejor solución. Si tu compañía es grande, con el mismo presupuesto, podrías construir un gimnasio in-house.

Si pagas un seguro médico privado, negocia con tu compañía de seguros que organice las revisiones y tratamientos preventivos incluidos en la póliza in-house, en lugar de que tus empleados tengas que planificar la visita y acudir a la clínica privada correspondiente.

 

5. Disminuye el esfuerzo de participación al mínimo.

La mejor manera de asegurar la participación de continuidad, es proponiendo opciones que sean viables, prácticas y convenientes para los empleados.

Puede funcionar mejor contratar un servicio de food delivery on-line de perfil de comida saludable y variada, en el que cada uno pide cuando y lo que le gusta, que tener un comedor con un menú y horario cerrado.

Puede funcionar mejor ofrecer clases de yoga en una sala de la compañía 2 mediodías por semana o crear un club de running y acondicionar un vestuario, que pagar una cuota de un gimnasio para todos los empleados. Además, suele ser más económico y aumenta la productividad de las tardes.

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